Yo y mi mala suerte! (y el burro por delante)

Ajá, es hereditario: la mala suerte viene por parte de padre y me parte la madre. No crean que me estoy quejando amargamente, no, no, no; de hecho mi mala suerte me hace sentir, de cierta manera, especial.

Neta no conozco a nadie que:

*Le haya tocado esperar a que pase el tren TANTAS VECES como a mi papá y a mí. Ya se imaginarán en mi época de adolescente cuando llegaba tarde y yo decía "es que me tocó el tren, mami". Y mi mamá, con la dulzura que la caracteriza, me contestaba "tu pinche pretexto ya me tiene hasta la madre, ¿tú crees que soy pendeja o qué?". Y es que la verdad, después de usar la misma excusa 3 veces seguidas, es imposible que te crean. Pero en mi caso, sí estaba diciendo la verdad. Ni modo, tuve que empezar a mentir, porque el puto tren siguió (y sigue) cruzándose en mi camino, cambiando de vía o simplemente se para por minutos que se hacen eternos…justo cuando tengo prisa.

*Se haya vuelto invisible. Oh, si! Fui la mujer invisible por unos segundos y esto también va para el recuento de los "osos" más cabrones de mi vida. ¿Si ubican las puertas automáticas, no? Esas que se abren por medio de un sensor. Bueno, pues ahí voy yo bien confiadota en que la puerta se va a abrir en cualquier momento, delante de mí va un güey, la puerta se abre sin pedos y el güey pasa como si nada; mi turno…me dirijo hacia la puerta…vengo un poco distraída buscando algo en mi bolsa y …MADRES!... La puerta…no se abrió. NO MAMES!! ¿CÓMO QUE NO SE ABRIÓ? ¡ESAS CHINGADERAS SIEMPRE SE ABREN!

*No le haya funcionado un ticket de compra para reclamar. En uno de esos días de depresión, decidí irme a comprar un CD que tenía hartas ganas de tener desde hacía mucho. No tenía trabajo y por lo tanto, comprarme UN mugre CD era un pinche lujote. Me subo a mi coche, abro mi CD de Soda Estéreo y me quedo pendeja por que el disco decía "Orquesta Filarmónica de su puta madre". O sea, ¿cómo? De volada regresé al Mix up a decirles "oigan, está equivocado mi CD" y me contestaron que no podían hacer nada…¡porque ya estaba abierto! ¡Chale! A nadie le pasa.

*Lo hayan cachado "así". Resulta que yo, bien ñoña, siempre le pedía permiso a mis papás para irme de pinta y así ya me iba con la conciencia tranquila y hasta con dinero. Un día, totalmente víctima de las circunstancias y arrastrada con engaños de mis amigos, TUVE que irme de pinta. No era tan grave, la verdad es que nos colamos en una excursión de la misma escuela, hasta con permiso de una maestra, que nos pidió guardáramos el secreto porque su chamba estaba de por medio. En fin, nos la pasamos de pelos y una cuadra antes de llegar a la escuela, nos bajamos del camión de la escuela para que no nos vieran llegar en él. De repente llega un güey corriendo y me dice "no mames, tu mamá está haciendo un desmadre en la escuela". Ok. Mi mamá NUNCA iba por mí, era mi papá el que me recogía y SIEMPRE llegaba tarde. El ÚNICO día que me porté medianamente mal, a mi mamá se le ocurre ir súper temprano a la escuela para hablar con mis maestras y preguntar sobre mi desempeño. Por supuesto, cuando las maestras le preguntaron "¿y por qué no vino Cielo?", mi mamá armó un panchazo y me gritoneó delante de toda la escuela. Pinche suerte y pinche osote.

*Siempre salga su nombre en una rifa. Yo jamás me he ganado nada…NADA. Pero cada que rifamos las tareas más horribles de la casa, adivinen cuál es el nombre que sale. Neta, no importa cuántos papelitos sean, si se trata de algo que nadie quiere hacer SIEMPRE salgo "ganando". Obviamente mi familia se burla cañón y dicen que ya no tiene caso hacer la rifa pues ya está decidido quién se tiene que chingar.


Siempre me han pasado ese tipo de cosas y empiezo a tomarlas como parte de mí. Me cae que, a mi suertecita, ya hasta siento que la quiero.