Tengo que aceptarlo: por el lado de mi mamá, tengo una familia bien enferma. Está llena de personajes típicos mexicanos, pero en versión no-mames-qué-cagado. Son una mezcla entre el alto pedorraje y "Lagunilla mi barrio"; muy trabajadores y muy solidarios, algo de mala educación y un poco elitistas, pero cagados, muuuuy cagados.
Como mi tío, el más grande de los 6 hermanos, el politiquillo de la familia. El güey es chaparro, panzón con piernas flaquiiiitas, flaquiiitas, calva de "San Antonio" y neurótico como la chingada. Es más mal hablado que yo (si eso es posible) y tiene características muy singulares. Conozcan un poquito más…
Con Pachita…
Es fan de las armas y ¡tiene un chingo! Desde pistolitas hasta sables. Rambito no sale de su casa si no es con pistola y una especie de macana de policía. Ustedes dirán "pinche loco!" y yo les contestaría: "¡noooo! pinche puto". La neta es que el güey se las da de muy madres pero en realidad es bien miedoso.
En una ocasión les avisaron que alguien andaba rondando su casa muy sospechosamente. El güey, sintiéndose Van Damme, fue a su "cuartel" y sacó 2 pistolas para salir a buscar a quien se viera con cara de rata. Cuando estaba a punto de salir de su casa, le dio una de las pistolas a su ancianita sirvienta diciéndole: "Órale, Pachita, yo la cubro!" y de un aventón la sacó a la calle. Ahí iba Pachita con un pistolón que apenas aguantaba con las 2 manos y atrás iba mi tío encogido y escondido en su espalda. ¡Cómo no le sacamos video!
Con su familia…
En otra ocasión un raterín se metió a su casa, pero el güey era tan pendejo que hizo todo el ruido posible. Obvio, toda la familia se despertó y Rambito corrío por armas para defenderse. Bajó las escaleras con pistola en mano y vio al inocente ladronzuelo tratando de abrir uno de sus autos. Con lo que no contaba Rambito es que su paranoia ha afectado la mente de los demás miembros de la familia. Así que cuando se acercó al caco para amenazarlo, mi tía y mi primo, cual francotiradores, ya lo tenían amenazado desde las ventanas de sus cuartos. ¡Toda la familia asesina armada con pistolas, sables y metralletas a amenazar al pobre ladrón! "¡Mátalo, papá, mátalo!", le gritaba mi anoréxica prima, mientras Rambito le sugería de manera gentil que se retirara de su casa: "A ver, hijo de la chingada, si te vuelvo a ver por aquí, te mato cabrón, te mato!". Yo creo que al raterito le dio diabetes.
Con todos...
Estábamos celebrando un 10 de mayo en casa de mi abuela. Imagínense la linda escena familiar: todos tragando como puercos y hablando al mismo tiempo, as usual. No contábamos con que a otro de mis tíos se le había ocurrido la grandiosa idea de llevar a una cantante (más o menos famosona) para dar el show del día de las madrecitas. De repente, oímos un ruido extrañísimo: fffshhhhhh!!!!! Y todo empezó a llenarse de humo. Recuerden que Rambito es paranoico y neurótico, así que sin siquiera voltear a ver nada gritó: TODOS AL SUELO, ARRÁSTRENSE!! Y se avalanzó pecho tierra llevándose a mi abuela de corbata. Se empezaba a arrastar para salir de aquél "trágico desastre" cuando escuchamos "estas son las mañanitas..." acompañado de la música de un mariachi bien chingón. Por supuesto todos nos cagamos de risa, pero Rambito saliéndo por debajo de la mesa lo único que alcanzó a balbucear fue "chinguen a su madre!" y se fue, dejando a mi abuela en el piso, enseñando los bloomers.
Con Molly…
Su sueño dorado era tener un perro entrenado para ataque y seguido lo podías ver en la calle con su macana en la mano (oohhh, no piensen mal) gritándole a su perro en turno: "¡Ataca, Solovino, ataca!". Y Solovino sólo se le quedaba viendo con ojos tipo gato con botas de Shrek.
Ahhhh! Pero cumplió su sueño y se compró un Akita entrenado por… ¡samuráis! Neto. ¡Pinche perro! Me cae que lo veías y sabías que estaba analizando fríamente todos tus movimientos para ver en qué momento te arrancaba la jeta. Pues resulta que el perro era tan maldito, que llegó un momento en que ya no dejaba entrar a su casa ni a Rambito ni a nadie. Tuvieron que deshacerse del perro asesino (no supe a quién le hicieron la mala onda de regalárselo) y ahora, Rambito anda feliz con su pistola, su macana y su perrita FRENCH POODLE llamada Molly.
¿Qué pedo? ¡Me chingo a topes!