Ayer tuve la desdicha de sufrir una de las experiencias más escalofriantes que un ser humano puede vivir. Ya sabía lo que pasaría y por más que quise prepararme para lo que venía, no pude. Mi estómago se contraía cada vez que veía el reloj y me daba cuenta que faltaba menos para lo inevitable, mi corazón decía que no y mi cabeza decía que sí (bueno, la neta decía: "ni pedo, ahora te aguantas").
Sí, mis pequeños saltamontes, ayer……………. YO………………. Fui…………… al estúpido…………… dentista.
A ese güey sí le saco, me cae. Miren que llevo 4 operaciones en mi cortísima vida y en ninguna he sentido tanto pinche miedo como el que me da cuando me tengo que acostar en la silla de tortura del dentista. Mi miedo es irracional? NO LO ES!!! Bueno, no tanto.
Cuando estaba chiquita (5, 6 años), mi papá me llevó al dentista porque una muelita tenía un cráter a causa de las toneladas de dulces y munchies que me aventaba diario. La doctorcita en cuestión era una soberana pendeja, porque no mames, ¿cómo se le ocurre tratar a una niña tan chiquita y tan mimada, como a un adulto sin miedo a la vida? "Te voy a inyectar la anestesia y si te mueves o cierras la boca te voy a lastimar mucho más". ¿Qué pedo? Ni modo que no tuviera miedo, pero bien macha me aguanté todas las pendejadas que me decía y sólo le hacía caras a mi papá como suplicándole me sacara de ahí en chinga. De repente, la idiota esa saco un pinche hule azul que pretendía meterme a la boca y atornillarlo en la muela (como para separarla de las demás), no contó con que yo soy claustrofóbica y cualquier cosita que me tape la boca o la nariz, suelta a la bestia que hay en mí. La pobre trató de sujetarme para meter el hulito a la boca y yo de un madrazo le boté el hule, las pinzas, el espejito y la jeta. Me paré casi corriendo y le dije "¡estúpida!".
Esa fue la primera experiencia traumática con un dentista. De ahí, todo fue cuesta abajo. Me ha tocado cada carnicero tranza que todavía ni te ha dado el saludo y ya te dice: "¡Endodoncia, $3,500!" Desconfío de todos los pinches dentistas y me caga que estamos en el 2007 y no han podido hacer la experiencia menos ojete.
Desde que te empieza a doler la muela ya sientes que te habla la virgen, es un dolor culerísimo que ni pensar te deja pero que te hace rezar para que se te pase rápido y te escapes del maldito dentista. Ni pedo, el dolor no se quita así que tienes que hacer cita urgente. En cuanto entras a la salita de espera ya percibes el olorcito a clavo que se te cuela hasta los huesos y el sonido de la mentada "fresa" es como el anuncio de que estás a punto de entrar al matadero. Una vez en la silla de tortura: "vas a sentir un pequeño pellizco". ¡"Pequeño" su chingada madre, duele un madral! O sea, es un agujón clavándose en tu encía, si yo me doy un pequeño pellizco, ni madres que siento igual que con la anestesia, que no mamen. Ahora va la fresa…….
tttsssssssssssssSSSSSSSSSS……la sensación no tiene madre, es como si te estuvieran taladrando el cerebro. Te toca escupir, pero ya no controlas muy bien los labios por la anestesia, así que escupes y te enjuagas como si tuvieras parálisis facial o alguna afectación del
trigémino. Nuevamente la fresa…………..
tttssssssssssssssssssssssssSSSSSSSSSSSSS……..te meten un ganchito y tu rezas porque no te vayan a tocar el nervio. El dentista escarba y escarba y te echa airecito y agüita mientras la asistente te mete un absorbebaba que ni sirve bien porque por mucho que te lo ponga, a esas alturas ya estás a punto de hacer gárgaras con tu propia saliva o de ahogarte con ella. Y después del suplicio que vives te cobran una cantidad impresionante de lanita por taparte una pinche muelita. CHIIIIIAAAAALEEEE!!!
Ayer YO fui al dentista después de años de no pararme en esa habitación del pánico y tenía razón. Este nuevo carnicero, no es tan malo, ni tan ojete, ni tan bestia, ni tan manchado pero pus…es dentista. La muela que me dolía, supuestamente ya me la habían tapado muy lindo y toda la cosa y ¿adivinen qué encontró el doctorcito después del martirio de la fresa? UN PUTO ALGODÓN!!! Sí, me dejaron un algodón adentro hace 2 mil años y me cobraron las perlas de la virgen. ¿A poco eso es tener madre?
Ya ni modo. Ahora tengo cita cada semanita para que le den mantenimiento a esto que tengo por dentadura. Tendré que comprarme un Valium para aguantar el stress de lo que me espera. Y si ya me va a costar todo el tratamiento unos buenos morlacos, mejor pido anestesia general, ¿se podrá?